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martes, 22 de junio de 2010

Túneles y chilenas en África (9)

COQUETEO CON LA PELOTA
Por Diego Alonso Sánchez Sánchez
El siguiente es un diálogo realmente futbolero, que puede escucharse hoy en cualquier parte del mundo, con motivo del mundial de Sudáfrica. Imaginen a un aficionado cualquiera tratando de hacer una conquista en el Metro de Medellín.
- Hola mi hermosa bastonera, ¿en qué campeonato andabas que no conocía tu tribuna?, rabona hermosa. Te aseguro que te vi y me dio un calambre en el corazón.

- Ehhhh, qué tal este aficionado atrevido. Y hágame el favor y no me mire así ni se me acerque mucho que parece un juez de línea con la bandera arriba.

- No te pongas así, pecosa linda. Es que hace mucho tiempo que estoy en el banco, mi última torcedora me sacó tarjeta roja y me dejó por fuera durante varias fechas; pero ya estoy listo para debutar en otra cancha…

- Pues su mala racha no se va a acabar conmigo aguatero igualado, sé que usted juega de local y me quiere fusilar pero mi reglamento me impide un extranjero más.

- No me hagas la ola de esa forma por favor. Yo sólo quiero reconocer tu terreno de juego. Es más, discúlpame la incursión en tu área, te invito a un hermoso triangular que queda allí en el área chica, quizás allí podamos tomarnos una recopa europea.

- Ya le dije que no. Y no me ponga más zancadilla que no estoy en reventa. Además, yo sólo juego en primera división.

- Pero por qué sigues conmigo a la zaga, si sólo quiero un partido amistoso contigo. Además, no creas que soy ningún amateur en esto del amor.

- No pues, la naranja mecánica… Vea señor, mejor aléjese de mí porque mi pase pertenece a un gran empresario internacional y si lo ve merodeando el área lo expulsa.

- No me importa, yo por ese pichichi tuyo me aguanto hasta una operación de meniscos. Por favor, déjame entrar en tu túnel y revalidar mis condiciones de goleador en él. Vámonos, vámonos ya a la sala de prensa y te muestro mi scudetto.

- Pobre recogebolas atrevido. ¿Está creyendo que soy de aquellas a las que todo el mundo “toco y me voy”?

- Tampoco, tampoco me creas tan suplente… Sólo digo que me encantaría una pasadita por tu área de candela. O, como mínimo, déjame desbordar por las bandas de tu corazón. Permíteme peinártela para que tú la metas en el segundo palo.

- Ahhhh ya, ¡sus deseos son galoparme el campeonato! Pues se equivocó de pies a cabeza. Si no me deja tranquila llamo ahora mismo al cuarto árbitro y al comisario de campo.

- Pero por qué te repliegas y me regateas playera hermosa. Te reitero que mi intención es sólo que demos una vuelta olímpica, que recorramos el vértice del área chica, que nos quitemos el vestuario y disfrutemos del encuentro. A menos que tengas otro sponsor y, ahí sí, pierdo por W…

- Usted lo que quiere es remontarme… el marcador. Y le aseguro que está fuera de lugar conmigo. Créame que no soy de las que gusta de cualquier posición, en la tabla, y menos con un aficionado de un simple torneo de verano.

- Que poca visión del juego tienes, no ofreces ninguna variante. Mira, déjame llegar a tus octavos de final y sabrás lo que es una celebración en grande. Te prometo un Hat trick…

- Hágame el favor y se hace una cobertura en sus 18 yardas, irrespetuoso. Y no se me acerque mucho que me hace un gol de balón parado.

- No pongas tantas barreras entre nosotros por favor. Mira que tengo muchos goles a favor, apenas te acabo de conocer y ya me haces muchas faltas.

- Ya le dije que no quiero ser su cancerbera ni su cuidapalos señor. Y que sólo me interesa la Champions League.

- Pero por qué esa falta de definición. Ya pesqué el rebote y creo que no estás interpretando bien mi táctica. No quiero meterte ningún autogol, olvídate de cualquier asistente técnico que yo soy mejor 10 que cualquiera. Sólo tienes que mostrarme tu número cinco y verás que juntos podemos hacer hasta el escorpión de Higuita.

- Escúchame bien Hooligan desgraciado. Yo no estoy simulando ninguna falta de tiros al arco, ni necesito que me ganen la espalda o me respiren en la nuca, ni quien me meta ningún tiro libre directo. Y menos un nacionalizado como usted.

- No me saques de banda por favor, es una simple propuesta de marcación hombre a hombre. Déjame aunque sea apretarte en la media luna y que juguemos uno contra uno.

- Juego limpio, por favor señor. Sus negras intenciones son sacarme la pesada y dejarme colgada de su travesaño. Sepa y entienda que yo no me ensucio el uniforme con cualquiera…

- Estoy viendo que esto es una pérdida deliberada de tiempo contigo. Haces demasiadas fintas y te desmarcas demasiado. Cambiemos el esquema de juego, ¿qué tal una buena tanda de tiros desde el punto penal?

- Le repito que no caeré en su juego peligroso, manténgase a media cancha de mí por favor…

- Veo que sigues con tu defensa zonal y con un esquema rígido. Ni siquiera me das tiempo de descuento.

- Un paquete chileno como usted no merece nada. Dice que tiene un ataque que parece imparable pero, la verdad, parece invicto, ni siquiera permite pensar en una pequeña palomita.

- Si mi corazón es esférico por ti, tú eres mi gol de oro…

- Señor, usted está como dice Maradona de Pelé y de Platiní: de museo…

- No me trates así que no traje espinilleras...

- Déjeme en paz que le doy un tiro de esquina.

- No te amonestes por favor, ¡sólo quiero que seas la capitana de mi equipo!

- Pues no, ésta es una nueva derrota, y permiso que me voy para el palco. Usted váyase al… descenso.

Y así, un afligido hincha del fútbol, que sólo soñaba con un pase de profundidad, tal vez para alegrar este mediocre mundial de Sudáfrica, sólo recibió de una mujer… un pase de la muerte.

3 comentarios:

  1. Jajajajajajaja... genial, y lo peor es que el pobre de aquéllo no tuvo nada, ni si quiera el toque, toque... jajaja, excelente

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  2. Mono, excelente ese diálogo, el galán francés quiso poner toda su artillería argentina al ataque, para vulnerar la defensa coreana y lograr que la sudafricana le mostrara todas sus Honduras... jejejejejeje... ¡genial!

    Juan Carlos Vélez

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  3. Monito, bien escrito, buena secuencia, buenas fintas, coherente con el discurso rítmico del fútbol y la cadencia de la obra literaria. Me gustó. Un abrazo Brother.

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