Powered By Blogger

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Y DÓNDE ESTÁ LA BOLITA?

Por Diego Alonso Sánchez Sánchez

PROTAGONISTAS DE NUESTRO FÚTBOL

“Aquí no ha pasado nada, todo quedó como estaba…” Así, como la canción del Gran Combo de Puerto Rico, es el fútbol profesional colombiano. Después de tantas semanas de ausencia de este espacio de desahogo, es poco y muy pobre lo que se destaca en la Liga Postobón.

Cada semana seguimos viendo el mismo circo con los mismos payasos. En primer lugar están los verdaderos artistas - y los hay en todos los equipos - que se tiran al suelo por cualquier contacto cuando su equipo está empatando en campo ajeno. No se les puede hablar porque piden falta, y si un contrario se les acerca, piden su extradición. Y ni qué decir cuando van ganando, hay que verlos retorcerse como lombrices atacadas por un purgante ante el sólo roce del balón. El mismo con el que dicen entrenar todos los días, resulta que en esos momentos los golpea como una bala de cañón.

En la misma línea están los que tiran la pelota lejos, o no la encuentran cuando van a cobrar una falta, o simplemente se la pasan de mano en mano, desde el arquero hasta el presidente del equipo, para decidir quién cobrará. En el peor de los casos, si son locales, casi que secuestran a los recogebolas para que no entreguen los balones en forma oportuna y así se pierda más tiempo.

Si por el contrario van perdiendo, nada les duele, saben dónde están todos los balones, los recogebolas son más rápidos que Usain Bolt y quieren cobrar las faltas desde la tribuna si es necesario. Sigue siendo una vergüenza ver jugadores como Agustín Julio; si por él fuera, que se acabaran los partidos cuando su equipo hiciera el primer gol. Muerte súbita y listo.

Para quienes creyeron que los bárbaros se acabaron hace ya varios siglos, basta con que vean por la tele a algunos que se dicen jugadores de fútbol pero que no son más que verdugos con guayos. Cada semana salen a cazar como asesinos en serie; a todo aquél que se atreva a pisar sus dominios lo atacan sin piedad, la más bajita es en la nuca, como se decía antes. Olvidan que al frente hay un trabajador, una persona que, mal que bien, intenta ganarse la vida de la misma forma que ellos.

Con muy pocas excepciones, seguimos viendo a mediocres y pusilánimes que creen que el fútbol, así como en muchas ocasiones los salva de su pobreza material, podrá salvarlos también de su miseria espiritual. Ilusos.

¿Y cuál es el resultado de todo esto? Pues fácil, que nos alegremos por un simple empate de nuestra selección contra la de Estados Unidos, país con un incipiente fútbol, con una liga conformada, en su mayoría, por jugadores ya en el ocaso de sus carreras, casi con orden de captura por parte de los museos de la FIFA. O que equipos como el Mineiro de Brasil, al borde del descenso y con su plantilla suplente, vengan y eliminen fácilmente a los flamantes líderes de la Liga Postobón.

Pero no importa, tenemos lo que nos merecemos. Son las evidencias de que aquí no ha pasado nada, todo quedó como estaba…

lunes, 18 de octubre de 2010

GLOSA 1

El mejor voleibol del mundo
Por Jhon Jaime

Qué triste es ver al mejor del mundo. Por lo menos en un torneo suramericano. En el Suramericano de Voleibol realziado en Itaguí y Envigado, Brasil vino por el título, no se apuró, no dio más de lo que sus rivales le exigían, y obviamente ganó. Su nivel es muy superior. Perú, el otro grande del continente, apenas le peleó un set en el que le llegó a  21 puntos. Lo demás fue un trámite del equipo auriverde para reclamar su oro. De 20 suramericanos juveniles, las damas de Brasil han ganado 16; 11 de ellos de manera consecutiva. No pierden un partido en suramericanos desde 1988. Llevan 22 años acostumbradas a ganar, y no lo hacen de camiseta. En esta coasión no periodieron ni un set. Lo hacen con el mejor voleibol del mundo en esta categoría, el mismo que no pudimos ver a plenitud porque no tuvo resisitencia. Nos mostraron visos de lo que tienen, pero la verdad, no se exigieron. Qué triste...

martes, 5 de octubre de 2010

El baloncesto me salvó (fragmento autobiográfico -3-)

Por Jhon Jaime Osorio

Al baloncesto le debo mi tardía formación física, mis mejores momentos de juventud, mis grandes amigos, una docena de títulos nacionales, mi fugaz pero significativo paso por la Selección Antioquia, mis primeras novias de universidad, el reconocimiento que me gané en el barrio y mi ausencia de los grupos al margen de la Ley que me sedujeron e intentaron reclutarme en los 80s.

Al baloncesto le debo también mis dos carreras profesionales gracias a las becas deportivas, mi primer viaje al exterior, mi ingresoa los medios de comunicación y mi pasión por el deporte, que sigue vigente a mis 42 años de edad.

Le debo tanto a esta disciplina deportiva que una fractura de tobillo, una artrosis degenerativa de rodilla, un menisco menos en el cuerpo y una reciente fractura de tabique que me tiene respirando mal son las cuentas de cobro que acepto sin protestar. Como en la vida, vaos cuadrando cuentas mientras celebro cada cesta, porque todavía juego. Eso sí, cada que subo unas escalas y me voy hacia los lados me acuerdo de que mi motricidad no es la mejor.

domingo, 3 de octubre de 2010

El baloncesto me salvó (fragmento autobiográfico -2-)

Por Jhon Jaime Osorio

Sin exagerar, puedo afirmar que al Marco Fidel Suárez llegué sin motricidad fina. Extre los excesivos cuidados de mi madre, los mimos permanentes de mi abuela y las clases de educación física de doña Regina, la misma señora de tacones altos que también nos daba matemáticas y sociales en el Colegio Agustiniano se perdió mi formación física básica.  Yo era un muchacho flaco, sin elasticidad, sin ningún trabajo específico de fuerza o petencia, con poca coordinación y un etado físico pobre, cuyass únicas experiencias atléticas eran las carreras de huída a la policía antimotín y los viajes colgado de la puerta en las busetas de Aranjuez.

En el Marco Fidel, el baloncesto me salvó de perder la única materia que me parecía difícil en el bachillerato: la eduación física. En aquella época, cada año se aprendía un deporte. Gimnasia en primero, natación en segundo, atletismo en tercero, baloncesto en cuarto, voleibol en quinto y fútbol en sexto antes de graduarse. La gimnasia era muy básica, se hacían circuitos en el teatro saltando burritos y dando rollos sobre el cuerpo, más conocidos como "vuelta canelas". Yo me frenaba antes del burro (hoy se le llama caballete) y a la hora de hacer los rollos me iba para los lados. Los dos primeros bimestres, la perdí. Afortunadamente, mi metro con 80 centímetros a los 11 años de edad, le llamaron la atención a Guillermo Londoño, el entrenador de baloncesto del colegio que me vio en un recreo y me invitó a un entrenamiento.

Con "Memo" entendí la importancia de tener unos centímetros más que los de la propia generación. Él mismo fue quien nos explicó que por estar con un seleccionado del colegio, a los jugadores los eximían de ir a clase de educación física, siempre y cuando no fatáramos a los entrenamientos diarios.

Mi torpeza era excesiva. en mi primer año, fui el "bobo grande" que todo equipo de baloncesto debe tener. Guillermo me tuvo mucha paciencia y yo le supe agradecer con mucha voluntad. ambas cosas, paciencia y voluntad, llenaron mi cuerpo de muchos de los faltantes del trabajo físico básico de la edad escolar.