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jueves, 24 de junio de 2010

El mundial desde la casa (14)

¿Y AHORA, A QUIÉN ODIAR?
Por Jhon Jaime Osorio

En el fútbol, Italia nunca gusta; clasifica a los mundiales sin convencer; cuando juega, parece un equipo desorientado, sin ideas; es un onceno que le apuesta a la disciplina táctica y nada más. Es de esos equipos que todos terminamos detestando en los mundiales por su futbol cicatero, amarrete y con mañas. Eso sí, no puedo desconocer que es uno de los grandes, que tiene cuatro títulos del mundo con un historial que lo avala y que siempre ha sido protagonista. La pálida presentación de hoy, que terminó tempraneramente su participación en Sudáfrica, me deja una pregunta sencilla: ¿y ahora, a quién vamos a odiar?

Italia es uno de los seleccionados aventajados en aquello de las estrategias, las tácticas, los esquemas y los sistemas de juego. Siempre terminan imponiendo el orden y la disciplina por encima del espectáculo, por eso, su fútbol siempre aburre; disgusta; muchas veces gana, pero su estilo hace que muchos lo lleguen a odiar. En fútbol, esta vez no fue la excepción; en resultados, por fortuna para el espectáculo, la estrategia no funcionó.

El partido de hoy ante Eslovaquia fue adjetivado por muchos como “un juego trepidante”. Tal vez los últimos 20 minutos lo hayan sido, pero el partido en su globalidad fue una clara muestra de la impotencia del fútbol italiano en este certamen orbital. Eslovaquia lo desdibujó totalmente. No ganó ninguno de los tres juegos y ocupó el último lugar de su grupo, eso lo explica todo. El Italia del 2010 fue un equipo con un gran pasado pero con un triste presente; un equipo del montón, otro más que fracasó.

Es curioso, pero el tetracampeón nunca ha sabido ser favorita. La historia nos lo recuerda: cuando llega como favorita, como en el 90 en su propia casa, en Chile en el 62 o este año en Sudáfrica, fracasa. Cuando va al mundial en condición de incógnita, con bajo perfil, como en Alemania 2006 o en España 82, sorprende. A Sudáfrica llegó como el flamante campeón y se fue por la puerta de atrás.

20 minutos de carácter azurro no son suficientes para soñar con un título. De camiseta no se gana. El fútbol pobre no merece premios. ¡Arrivederci, Italia. Ciao bambinos!

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo. Con lo inesperados que están los resultados si Colombia hubiese clasificado, hasta bien podría haberles ido. No se gana de camiseta, lo malo de la situación es que a más de uno se le desbarató la polla.
    Un abrazo!

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