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viernes, 18 de junio de 2010

El mundial desde la casa (8)

LA GENTE SIGUE DICIENDO QUE TÚ Y YO ESTAMOS LOCOS, FÚTBOL
Por Jhon Jaime Osorio

Algo sucede. El mundial es atípico, y no propiamente por la sede, que también lo es. Los grandes ya no juegan como grandes, y hasta es válido decir que ya no juegan; los chicos ganan o sacan empates históricos, pero no convencen; los goleadores no hacen goles, y hasta hacen expulsados por intentar defender como no saben hacerlo; los técnicos ponen de defensas a jugadores que habitualmente son volantes, o dejan en el banco a las grandes figuras; y los hinchas seguimos pegados al televisor esperando un milagro que no aparece, pero madrugamos.

¿Será el ensordecedor sonido de las vuvucelas? No creo. En tierras tercermundistas como la nuestra, cuando hay partidos de fútbol, estallan petardos, suenan bombos y trompetas y los barristas corean vulgaridades permanentemente (hasta en los himnos); a pesar de ello, los partidos resultan emocionantes.

¿Será el frío que azota a Sudáfrica con el invierno austral? Tampoco. El mundial e Argentina 78, o el de Suecia en el 58 tuvieron condiciones climáticas similares y el fútbol apareció.

¿Serán los 70 partidos acumulados en la temporada por los jugadores en ligas, torneos y copas? Podría ser. Pero por qué juegan igual de mal los argelinos, los serbios, los hondureños, los chilenos y los australianos? No creo que ellos hayan jugado la Champion, o que hayan tenido varios torneos en sus países. A lo sumo, acumularon 40 partidos en la temporada. Y ni hablar de figuras con Cristiano, Rooney, que tuvieron temporada corta por sus lesiones.

¿Serán los árbitros?, ¿serán los estadios?, ¿serán las cámaras?, ¿será acaso que se nos olvidó ver el fútbol? Ahhh, no preguntemos más bobadas.

El mundial de Sudáfrica es malo porque los equipos son malos, porque los técnicos piensan solo en los resultados, porque a los jugadores se les perdió la alegría, porque la FIFA “privatizó” algunos juegos pensando solo en el negocio y no en los millones de personas que separamos este mes cada cuatro años.

El mundial es malo porque el objetivo de todos los equipos es el resultado y no el espectáculo, porque los jugadores de talento son escasos, porque no está jugando Beckham (así sea para hablar mal de él); porque hacen falta Owen, Riquelme, Ronaldinho, Ferdinand, Ballack y Salvador Cabañas. Qué irónico que a este último ya ni sus compañeros paraguayos lo mencionen.

El mundial es malo, tal vez el más malo de los que me han tocado, porque en el fútbol de hoy la pasión la estamos poniendo los aficionados y no los futbolistas. Nosotros esperamos 4 años para ver el mundial, los futbolistas están esperando que se acabe el mundial para volver a su rutina millonaria del próximo cuatrenio.

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