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miércoles, 30 de junio de 2010

El mundial desde la casa (20)

METER LA MANO Y METER LA PATA
Por Jhon Jaime Osorio

Meter la mano y meter la pata son acciones diferentes. La mano se le mete a los problemas, a las situaciones difíciles; se hace para ayudar, para empujar, para arreglar lo que está mal. La pata se mete para arruinar algo y la mayoría de las veces esta acción ocurre por ingenuidad, por ignorancia o por acaloramiento. Hoy el presidente de Nigeria, Goodluck Ebele Jonathan, habló sobre fútbol y metió las dos en un mismo acto.

La Selección de Nigeria quedó eliminada del mundial en la primera fase. Cayó 1-0 ante Argentina, 2-1 frente a Grecia y empató 2-2 con Corea del Sur. En su grupo fue colera, apenas con un punto de nueve posibles. La pobre actuación de la selección generó la determinación del mandatario de no participar en ninguna competición oficial durante dos años, según su portavoz, para “reorganizarse y abordar el futuro de forma diferente”. Según la declaración oficial, el gobierno ordenará una auditoría para determinar la forma en que los fondos girados a la selección nacional durante el Mundial fueron utilizados. Dijo además, que la decisión será notificada por escrito a la FIFA. En este caso, el presidente le metió la mano a la selección de su país.

Ahora viene la metida de pata. El presidente de Nigeria no tuvo en cuenta al tomar esta decisión que desde su creación, la FIFA, ha sido un organismo independiente, que no permite la intervención de los gobiernos en el fútbol. Esa es precisamente una de las grandes fortalezas de este organismo, que rechaza la injerencia política en las Federaciones de fútbol, no las tolera, y en las ocasiones en que se han presentado, ha sancionado a los países con la exclusión de sus torneos. Así las cosas, el presidente nigeriano metió las pata; pues seguramente no serán dos los años que su selección esté por fuera de torneos de la FIFA sino muchos más.

Esta semana, a raíz de algunas versiones de la prensa, sobre posibles posiciones del gobierno de Francia frente al fracaso del seleccionado galo, el mismo presidente de la FIFA, Joseph Blatter, señaló enfático que en caso de intervención del gobierno, “la FIFA intervendrá, sin importar la talla del país". Si eso lo dijo haciendo referencia a un campeón del mundo, a un país de la élite del fútbol, qué se puede esperar en el caso de un país tercermundista como Nigeria.

Jonathan le metió la mano a la Selección de su país y metió la pata ante la FIFA. Suena a contrasentido, y lo es. La FIFA es una dictadura, impone su criterio y su poder. Nigeria es una República Federal Constitucional y su presidente está tratando de acabar con toda la corrupción que hay. El presidente de cualquier nación es su máximo representante, y a él, como a toda su nación, le compete lo que ocurra con su seleccionado. Jonathan está decepcionado, como está su pueblo, al punto, que el tema de la eliminación de las denominadas “águilas verdes” será llevado al parlamento.

Las selecciones nacionales llevan el nombre, usan la bandera, el escudo y cantan el himno de su respectivo país. Son su representación. Ese es el gran negocio de la FIFA, la identidad que generan. Entonces ¿por qué no pueden ser tomadas como un asunto del país?

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