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domingo, 11 de julio de 2010

El mundial desde la casa (31)

FINAL - FINAL, NO FUE MÁS…
Por Jhon Jaime Osorio

Un árbitro perverso, una Holanda marrullera, una España intermitente y unos arqueros que tuvieron una tarde brillante y salvaron el espectáculo en la final. Así se resume el último partido de Sudáfrica 2010. España se llevó el título. Fue el campeón del toque - toque que no hace mucho daño, pues el equipo ibérico, con apenas 8 goles en 7 juegos, se coronó campeón. Claro, también se llevó el título el fútbol de buen trato a la pelota, el de la fortaleza defensiva y el de uno de los goleadores del mundo.

Al parecer, el árbitro Inglés Howard Webb dejó la tarjeta roja en Londres y hoy en la final de esta tarde le hizo mucha falta. Fue permisivo, desacertado y su criterio fue inversamente proporcional a su estatura. No podría haber otro el cierre del arbitraje pues reflejó fielmente el nivel mostrado a lo largo del torneo. Algo tendrá que hacer al respecto la FIFA si realmente están preocupados por el espectáculo y no por el negocio.


Lo de Holanda dejó triste al mundo del fútbol. Tenían un buen equipo, jugaba ordenado y por momentos trataba bien la pelota, era contundente cuando atacaba, pero hoy quiso ganar con la misma que superó a Brasil, sacando de casillas al rival. España cayó mucho rato en la trampa, pero al final la justicia divida apareció. Los naranjas hoy no hicieron honor a su estilo, ensuciaron su esencia, perdieron el Norte y se vieron como un equipo cochino. Como si fuera poco, la efectividad la mandaron para Amsterdam antes del juego. Un equipo con marrullas y excedido en la pierna fuerte no puede ser campeón. El fútbol no puede premiar, aunque ya lo ha hecho algunas veces, al que quiere ganar al borde del reglamento.

España consiguió su sueño. Fue el campeón. La historia nunca cuenta la forma sino el resultado. Fue un equipo tibio, aunque claro en su propuesta. No fue sombra de la selección española que vimos en la Eurocopa, pero con menos ganó el mundial. Un arquero enorme como Casillas, un central que le pone toda la virilidad al juego como Puyo, un lateral como Ramos que se echa el equipo al hombro, un medio campo de lujo con Iniesta y los dos Xavis, y un goleador histórico como Villa. El señor Del Bosque armó un equipo equilibrado en sus líneas y aprovechó el momento de los jugadores del Barza que le dieron una sólida estructura sobre la cual construir.

Hoy la final la hicieron los arqueros, y salvaron la tarde. Al verlos esta tarde, me ratifiqué en la idea, de que muchos le echaron la culpa al balón mientras los de hoy se dedicaron a su trabajo. El mundial fue malo, los arbitrajes pésimos, la final dramática y el campeón inédito. Ya habrá tiempo para los balances, y para el plan de mejoramiento, si la FIFA quiere. La verdad, no creo que quiera.

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