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sábado, 10 de julio de 2010

El mundial desde la casa (29)

EL HONOR DE SER TERCERO
Por Jhon Jaime Osorio

Ser tercero en un mundial no es un premio de consolación, como piensan muchos. No creo que sea un partido que nadie quiera jugar, como afirmaron en un canal de televisión. Tampoco comparto la idea de que es el juego de la resignación y la desilusión. Incluso, pienso que el partido para definir el bronce muchas veces resulta más emocionante que la misma final. El de mañana, por los rivales, los antecedentes y las circunstancias que tiene no puede ser la excepción.

Por pergaminos mundialistas Uruguay – Alemania tiene mucho más que el juego Holanda – España. En el juego por el tercer lugar se miden un doble y un triple campeón del mundo. En la final se verán las caras un doble subcampeón y un equipo que siempre ha decepcionado en los mundiales y que, entre otras cosas, podría hacerlo en la pelea por el título. No sería extraño. Sí lo es que dos ex campeones mundiales se enfrenten por un último escalón del podio.

Las circunstancias también ayudan al juego. Uruguay revalidó su historia llegando a la semifinal, ha sido el equipo más aguerrido del mundial y el bronce sería un cierre brillante para “salvar los platos” de Suramérica, una región que se reventó y decepcionó en los cuartos de final. Alemania por su parte, tiene el golpe anímico de la derrota en la semifinal, pero cuenta con las ganas y los bríos de una camada de jóvenes que quieren mostrarse, que todavía tienen hambre de triunfo y que ven en cada partido, así sea por el tercero, la oportunidad de consagrarse. Como si fuera poco, su goleador Klose tiene una sola oportunidad de hacer historia igualando o superando a Ronaldo como máximo artillero de todos los mundiales, es mañana. Como si fuera poco, El mismo Klose y Mueller por Alemania, y Forlán y Suárez por Uruguay están en la lucha por el codiciado botín de oro; un ingrediente más.

Alemania es experta en ganar terceros lugares. Incluso a Uruguay le arrebató el bronce en México 70. Hace cuatro años, jugando en casa, también lo logró. Está golpeado, pero ha demostrado muchas veces que se repone fácil. Los charrúas, por su parte, se hicieron célebres en Sudáfrica porque jugaron partidos increíbles que quedaron en la memoria del fútbol para contarse en la historia de los mundiales. Su clasificaron sufrida por repechaje ante Costa Rica, el paso dramático a semifinales ante Ghana, el primer juego en el que destaparon los problemas de Francia, la victoria ante Corea; nada raro que frente a Alemania nos regalen un plato inolvidable por las circunstancias que ofrezca.

Para los uruguayos, el de mañana no será un juego distinto. Saben de sobra que un partido no se gana solo con ganas, pero serán fieles a su estilo y seguramente “la romperán”. Llegaron al mundial sin favoritismo y con humildad, y tienen la oportunidad de subirse al podio. Para la pragmática de los alemanes, el de mañana no será el último partido en Sudáfrica sino el primero mirando a Brasil. Algunos veteranos como Klose saben que este puede ser su último partido en un mundial, pero los seis jugadores menores de 25 años saben que en este partido comienza su preparación para ir por el título que les ha sido esquivo durante 20 años y que lo será, por lo menos, durante 24.

Puede que sea un partido raro; pero no malo, como la mayoría de este mundial. Ambos equipos estuvieron cerca de la final; los dos están golpeados por esto. Sin embargo, la fiesta es cada cuatro años, y el último baile se tiene que hacer bien. No olvidemos que están en juego el orgullo de cada nación, que en ambos casos, lo tienen; y es mucho.

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