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jueves, 8 de julio de 2010

El mundial desde la casa (27)

AL MIEDO NO LE HAN PUESTO PANTALONES
Por Jhon Jaime Osorio

Dicen las abuelas que “al miedo no le han puesto pantalones”; ni siquiera en Alemania y mucho menos en el fútbol. Hoy, el temible y arrollador equipo germano salió a la cancha absolutamente desconocido, deslucido, indeciso y timorato; con demasiado respeto por su rival, España. Vimos la Alemania irresoluta e ineficaz del juego ante Serbia, con el lastre de la final de la Euro a cuestas. El fantasma pesó demasiado. Ni sombra del equipo arroyador y versátil que pasó por encima de Australia, Inglaterra y Argentina. Esta Alemania de hoy fue otra muestra de la irregularidad de los equipos grandes del fútbol orbital en este mundial y de cómo las circunstancias del juego son decisivas para su marcador.

Es curioso que la ausencia del más joven de un equipo pese tanto en una selección. Quedó claro que a sus 22 años de edad, Thomas Mueller es el pistón del equipo, el que enlaza el medio con el goleador Klose, el apoyo para Podolski y el socio ideal para Oezil. Hoy no estuvo, y su ausencia se sintió. Hoy Alemania fue un equipo plano, desordenado, pasivo y sin su mortal contragolpe. La verdad, no creo que haya sido por el planteamiento de su rival, que en algo puede incidir, pero creo que el tema pasa por la condición mental. Alemania recordó el pasado, dejó crecer los fantasmas y se asustó con la camiseta que tenía al frente.

Como partido, la semifinal de esta tarde no será recordada como un gran encuentro; solamente en España, lo que es apenas obvio. Todos esperábamos la final anticipada, el gran clásico de Europa, y la verdad, fue un partido más sin mucho drama, sin emociones, como tantos en este mundial. Parecía un amistoso de esos previos al mundial, donde los equipos jugaban por cumplir con la práctica y trataban de hacerse el menor daño. La única diferencia es que hoy, aunque no parecieran, se estaban jugando el paso a la final del mundial número 19 de la historia.

Con poco, España manejó el partido. Su toque es preciso, pero no es dinámico. Tiene la pelota pero hace poco daño. Villa no lució, se perdió acompañado de Pedro, pues tuvo que trabajar más. Los laterales no salieron cuidándose del contragolpe alemán y los volantes, a excepción de Iniesta, estuvieron opacos. No es su culpa, hoy con eso, a España le alcanzó.

La gran emoción del partido no estaba en el juego y eso ya es síntoma de que el encuentro fue malo. El mundo entero estaba a la expectativa de la predicción de Paul, el pulpo que les ha pegado a todos los resultados de Alemania en este mundial, y que anunció ayer la victoria de España. Un invento más de la imaginería popular que le ha dado un toque folclórico al mundial más pobre de los que he presenciado.

La cabeza de Puyol le dio la razón al pulpo, metió a España a su primera final y acabó con la ilusión de un tricampeón que pisaba fuerte en el mundial, pero que hoy apenas se sintió. En 90 minutos, Alemania pasó de ser el protagonista principal del mes, a convertirse en un actorcito de reparto, con el más simple papel. Se cagó de susto, a todos nos ha pasado al guna vez.

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