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viernes, 16 de julio de 2010

La bolita mágica (1)

SIN PAN, PERO CON CIRCO
Por Diego Alonso Sánchez Sánchez

A falta de pan, bueno es el circo. Terminado el mundial y coronado España como nuevo rey del fútbol mundial, es hora de volver a la pobre realidad colombiana. Con un desempleo que en el país supera el 12 por ciento (eso dice el DANE y muchos no le creemos) y con un empleo informal en franco crecimiento, sólo nos queda el mediocre fútbol colombiano como diversión.

Y aunque no fue mucho lo que dejó Sudáfrica 2010 desde el punto de vista técnico-táctico, toca esperar lo que nos depara la Liga Postobón, aunque a priori podría decirse que va a ser muy poco y que no va a distar mucho de la acostumbrada pérdida de tiempo de los arqueros, las patadotas de los volantes de marca, las tribunas semivacías y los garrafales errores de los árbitros.

A continuación, lo más destacado del panorama que se observa para el segundo torneo del año:

Pocas por no decir ninguna contratación importante, salvo los interrogantes que pueden generar jugadores como Martín Morel, la nueva figura del Deportivo Cali, y, tal vez, Federico Barrionuevo, contratado por el Cúcuta Deportivo.

Un Medellín que no ha podido recuperarse de la salida de su goleador, Jackson Martínez, y que ahora tendrá que enfrentar el duro golpe que significa la partida del mejor arquero del equipo rojo en toda su historia, Aldo Bobadilla.

Los dos equipos con mayor número de estrellas en la historia de Colombia, Millonarios y América, tratando de salir de profundas crisis económicas y administrativas. Los capitalinos con nuevos dueños y la esperanza de volver a los puestos de vanguardia después de más de 20 años de fracasos. Y los diablos rojos “rezando” para que los saquen de la lista Clinton, de tal manera que puedan conseguir patrocinadores, abrir cuentas bancarias y contratar jugadores de prestigio que le ayuden a salir de la zona de descenso.

Un Independiente Santafé que, una vez más, promete la séptima estrella después de 35 años de decepciones y amarguras para su gran hinchada.

Un Deportivo Cali que, como todos los años, se arma hasta los dientes sin que pase nada con él. Y con una inacabable cantera de jugadores jóvenes que desprecia y vende cuando apenas despuntan, sin madurar.

Un Atlético Nacional que espera pagar la gran deuda que tiene con su hinchada, la más grande del país, y que aspira a que sus contrataciones justifiquen por fin la gran cantidad de dinero que invierte en ellas.

Un Deportivo Cúcuta que espera recuperar el nivel que alcanzó a comienzos de esta década y evitar así el peligro de descenso que hoy le asecha.

Un Envigado que aspira a meterse entre los ocho y a seguir vendiendo los grandes jugadores que salen de sus divisiones menores, la mejor cantera del país.

Un Deportes Tolima que espera seguir jugando y ganando durante el torneo, pero no desinflarse al final como le ha sucedido en los últimos años.

En fin, “un montón de equipos del montón” que por lo menos nos sirven para olvidar por ratos los grandes problemas que tiene este país. La risa que hay que aguantar…

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