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jueves, 5 de agosto de 2010

La pelota criolla (3)

VERDE OPACO
Por Jhon Jaime Osorio

El Nacional del sábado pasado en la Liga Postobón y el del miércoles en la Copa Postobón me hicieron recordar de inmediato el Italia de Sudáfrica 2010: una gran expectativa creada en torno al equipo y de fútbol, nada. Decepción total.

Del Nacional de la Liga, el primer equipo, muy poquito para destacar. Ante el Cali fue un equipo plano, sin variantes ofensivas, sin gol y sobre todo, sin actitud. Ya son seis los torneos profesionales consecutivos en los que el equipo verdolaga comienza con un mal paso su presencia en el torneo. Empezar perdiendo ya se le volvió norma a los jugadores del club, in importar que cada semestre lleguen dos o tres caras nuevas.

Del Nacional de la Copa Postobón, el segundo equipo, se destaca su clasificación, pues pasó como primero del grupo; pero nada más. Valdría la pena preguntarse si alguno de sus fieles seguidores (de los que ven el partido, porque hay otros fieles que se dedican a otras cosas menos al fútbol) tiene en su cabeza algún partido brillante, especial, bueno, al menos un juego de su equipo en esta Copa, que no haya sido discreto.

Sin lugar a dudas, Atlético Nacional tiene nombre, es una institución con prestigio y su marca es reconocida en todo el continente. Esta construcción de imagen y marca obedece, en gran medida, a su gran historial deportivo en los años 80 y 90, y a su filosofía de puros criollos, que le dio base al proceso exitoso de la Selección Colombia de mayores de aquella época. Ambas cosas, la filosofía y el proceso de selección, terminaron abruptamente; pero la imagen prevaleció.

El problema ahora es que en términos de mercadeo, el Nacional de hoy tiene una imagen muy superior al producto que ofrece. O dicho de otra forma, el equipo verde que hoy sale a la cancha es inferior a la construcción histórica que hizo el club. Eso es evidente y también, preocupante. Las acciones por mejorar el producto, particularmente las contrataciones, son erráticas, no ahora, sino hace mucho rato. Además, el trabajo por administrar la imagen no se ve.

Más que los resultados, que pueden llegar a darse; por encima de las contrataciones, que pueden llegar a encajar; lejos de las dificultades económicas que se pueda tener el club, el problema de Nacional es gravísimo: la imagen, la reputación construida, se está diluyendo día a día, lentamente, poco a poco. Si se pierde la imagen, se pierde el capital intangible. Dentro de algún tiempo, sólo quedarán los extractos bancarios, que entre otras cosas, no están boyantes.

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